El pulido de suelos consiste en la devastación o rebajado para la restauración del suelo. Este tratamiento se realiza en suelos muy deteriorados por arañazos profundos, pequeños escalones entre las piezas, manchas imposibles de eliminar, ennegrecimiento considerabe de los suelos o cualquier otra imperfección que pudiera tener el suelo.
El primer paso consiste en ejercer una enérgica acción abrasiva sobre la superficie del pavimento, eliminando resaltes y nivelando las baldosas hasta convertir prácticamente todo el embaldosado en una sola losa uniforme y plana.
El pulido de suelos es un tratamiento que proporciona mayor resistencia al ataque de agentes externos. Finalizado el pulido del suelo con la pulidora de pavimentos, se procede a pulir los bordes y zonas de difícil acceso, utilizando máquinas portátiles de tamaño reducido. Cuando el suelo está completamente seco se procede a la aplicación de cristalizadores que protegen y mejoran el abrillantado.